La reacción de muchos líderes y organizaciones principalmente católicas ante la posibilidad de la unión civil entre personas de un mismo sexo ha sido argumentar que esto pondría en peligro a la familia cristiana. En este artículo analizaré tal posibilidad.
Empecemos por ver qué es la “familia cristiana”. Según estos sectores el modelo de familia cristiana es: padre, madre e hijos, obviamente todo dentro del matrimonio y que a nadie se le cruce por la cabeza la idea del divorcio.
Esto ya de por si deja afuera a los homosexuales, que son los que se beneficiarían de este tipo de unión, mientras que este tipo de familia podría seguir existiendo a la par de las nuevas uniones civiles.
Pero si vemos que los homosexuales no están contemplados dentro de la “familia cristiana” y las uniones civiles no afectan la existencia o supervivencia de las anteriores ¿Por qué se opone tanto la Iglesia Católica?
La respuesta es bastante simple y desagradable, por que la iglesia quiere imponer su modelo de familia al resto de la sociedad por medio de la ley.
Esto siempre ha sido así y no se limita al “modelo familiar”, ha intentado imponer sus dogmas en cada aspecto posible de la vida tanto de sus seguidores como de aquellos que no lo son negándose a aceptar que la religión, incluso la católica, es una opción y no una obligación.
La misma política de intervención en el desarrollo democrático de países soberanos ha sucedido con la homosexualidad, la educación sexual, los métodos anticonceptivos, el aborto, la libertad de culto, la libertad de expresión, la educación en general, la igualdad de géneros, el divorcio, la investigación científica en muchos campos y una larga lista de etcéteras.
El problema es el de siempre, la prepotencia de la Iglesia Católica que se considera por encima de la ley y se niega a aceptar someterse a ella en vez de manipularla para imponerse. Mientras que los seguidores de estos políticos disfrazados de mesías ignoran su verdadera agenda y creen sus palabras sin cuestionarlas ni razonarlas.