Alguna vez creiste en dios/es?

28 noviembre 2006

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS ATEOS

FUENTE: Foro ateohispano


DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS ATEOS

Lo siguiente es mi posición personal sobre lo que es y debería ser el ateísmo, por si le resulta útil a quienes la compartan o le vean cosas positivas.


1 - El ateísmo es la posición filosófica y de vida más elevada a la que puede llegar una persona en este grado de evolución de la humanidad. Los ateos no creemos tener la "verdad" absoluta, como los creyentes sí lo hacen, sabemos que la verdad se construye lentamente, con el estudio y la investigación racional.

2 - El ateísmo implica mucho más que la simple negación de la existencia de un dios o dioses, va más allá, pues es el rechazo a todo lo que es imaginario y sobrenatural, que se presenta por muchos como real y existente, con lo que engañan a los incautos que caen en la trampa.

3 - Una persona que para ser exitosa en su vida diaria debe ser crítico, cauteloso, prudente, realista, racional. en el momento que adhiere a cualquier religión debe necesariamente renunciar a todo eso y tirar todo a los cuatro vientos para aceptar cosas que en su vida normal, en su trabajo, en sus negocios, en su vida de familia y social, jamás aceptaría, por estar reñidas con el sentido común.

4 - Así, un hombre de negocios que pide garantías y pruebas de la solvencia de un potencial cliente o inversor, los domingos va a misa y acepta de rodillas las promesas sin base sólida alguna de un sacerdote de que su piedad religiosa va a ganarle "el cielo" y una vida eterna, he aquí una tremenda incoherencia y contradicción.

5 - Un hombre de ciencia entrenado a pensar crítica y racionalmente, la clave para avanzar exitosamente en sus investigaciones, si se convierte a una religión comienza a ir contra todos los conceptos que le dieron éxito en su vida profesional, aceptando creer en cosas imposibles de probar, sólo porque alguien se lo dice o porque un determinado antiguo libro lo afirma.

6 - La única forma de comprender tales incoherencias es a través de necesidades sicológicas emergentes de la debilidad emocional o psíquica de muchas personas que son incapaces de afrontar las incertidumbres y riesgos de la vida, sin contar con el apoyo, aunque sea imaginario, de creencias irracionales que pretenden darle las seguridades y certidumbres que ansía. Mirando la naturaleza que nos rodea, parecen más absurdas aún pues ninguna otra especie cuenta con ellas y aceptan todos los otros seres vivos la incertidumbre básica de la vida, adaptándose a vivir con ella, sin soslayarla con vuelos de la imaginación, de ahí que la religión sea una invención y un fenómeno exclusivamente humano.

7 - El avance de la ciencia, mal que le pese a las religiones, ha iluminado muchos lugares oscuros del universo, donde hasta entonces se ocultaban los fantasmas que fungen de dioses, mostrando lo innecesario y hasta grotesco, de recurrir a esos entes para explicar la realidad. Ese avance que nos ha dado mayor confort, vidas más saludables y largas, mayor tiempo de ocio para cultivar las cosas que nos interesan, mayores posibilidades de comunicarnos con nuestros semejantes, aun a través de grandes distancias, etc. ha fomentado el pensamiento típico crítico y racional de la ciencia a otras esferas del pensamiento humano, contribuyendo a hacer aparecer como más ridículas aún, las creencias de todas las religiones.

8 - Cuantos más ateos haya en el mundo, habrá menos irracionalidad, más tolerancia, más cultura y educación, más respeto por los otros, lo que llevará a un mundo mejor, sin contaminación de los excesos emocionales y supersticiosos que han caracterizado a todas las religiones a lo largo de la historia, conduciendo a los terribles crímenes que los papas de tanto en tanto deben condenar, pero que se repiten pues en la religión está la semilla de la intolerancia y el odio al que piensa o cree de forma diferente.

9 - La prueba de esto la tenemos en el comportamiento grupal de ateos y creyentes que contrasta vivamente. Los ateos, actuando como tales, sin otras motivaciones políticas o ajenas al ateísmo (las persecuciones estalinistas o en la España republicana fueron actos políticos, no filosóficos o religiosos, llevados a cabo por anarquistas, bolcheviques, no en nombre del ateísmo sino de supuestos crímenes **políticos**), jamás encarcelaríamos o quemaríamos vivos o masacraríamos a creyentes pues sostenemos que la gente debe ser libre de pensar como quiera, aunque lo juzguemos falso e irracional, en tanto que los creyentes a lo largo de miles de años han mostrado actuando como tales la ferocidad con que persiguen e infligen bárbaro tratamiento a quienes no creen en lo que ellos creen.


Luchemos pues por la difusión de nuestro pensamiento ateo y todos viviremos mejor algún día cuando todas las religiones hayan desaparecido de la faz de la Tierra.








OBJECIONES COMUNES AL ATEÍSMO



Han habido ateos probablemente desde el comienzo de la religión ya que entre los humanos no faltan quienes aún sin evidencia firme, desconfíen de cosas que no pueden ver o comprobar fehacientemente, por más que muchos a su alrededor afirmen y juren que esas cosas existan.

Vayan estos pensamientos constructivos en honor de esos precursores del ateísmo, que sin contar con el arsenal de evidencias que hoy lo justifican y propician, supieron dar un ejemplo de valentía, realismo, sentido común y raciocinio en épocas muy oscuras de la historia.

Con frecuencia vemos que los adversarios del ateísmo dan una serie de argumentos en contra de tal posición filosófica, tratando de demostrar que carece de base, que conduce a cosas inconvenientes para el ser humano y que lo priva del contacto con la divinidad, esencial para su salvación.

Algunos sostienen que sin dioses no se puede explicar al mundo coherente y completamente, que el ateísmo falla en proporcionarle al hombre una visión del mundo ni siquiera comparable con la religiosa.

Por supuesto que quienes incurren en la tremenda arrogancia de pensar que el ser humano puede en algún momento acceder a verdades absolutas, por "revelación" u otros medios, les va a parecer siempre insuficiente y poco satisfactoria la visión atea del universo, apoyada en la ciencia moderna, que por ello, tiene muchas lagunas y si bien permite empezar a explicar racionalmente muchas cosas, como la naturaleza y evolución de la materia y de la vida, el ateo sabe que ese conocimiento es parte de un proceso lento y progresivo de mayor conocimiento REAL de lo que nos rodea, un conocimiento verificable y demostrable a cada paso, en que cada nueva interpretación corrige y mejora las anteriores, en que cada avance hace quedar más en ridículo a las explicaciones, a menudo grotescas, de los textos religiosos.

El creyente considera ese proceso como secundario y digamos, anecdótico, pues el cree "saber" el origen del universo, de la vida, del ser humano, etc., pero es un "saber" ilusorio, imaginario, inventado por gente de hace miles de años y por ello hace agua por todos lados en cuanto un ateo lo examina con atención.

Otros creyentes cuestionan al ateísmo afirmando que no es bueno para el ser humano, que le quita las bases para una moral y una actitud ante la vida positiva y gratificante.

Pero mal que les pese a los creyentes, la verdad es exactamente lo opuesto...

Un creyente actúa siguiendo ciegamente los dictámenes, a menudo injustos y caprichosos de una deidad que fue inventada hace mucho para dar fuerza coercitiva a reglas que se pretendía imponer a la gente.

Muchas de esas reglas de conducta son muy difíciles de respetar pues van contra impulsos e instintos básicos del ser humano, como la necesidad de actividad sexual o de libertad de acción siguiendo las inclinaciones que sean legítimas y socialmente aceptables de cada uno, pero que cada religión, en su manía restrictiva, procura recortar con la finalidad de crear en los creyentes un sentimiento de culpa que lo ate y someta a ciertos ritos a efectos de ser "perdonado" por la divinidad cada vez que las viola y "peca".

El ateo elabora su propia moral y sus propias reglas de conducta, no necesariamente rechazando aquellas que los creyentes, por muy distintos motivos, respetan, pero usando su raciocinio y su sentido común para que esas reglas cumplan las funciones de protegerlo de excesos indeseables y hacer posible la convivencia social, esencial para el progreso del ser humano, sin recortar indebidamente su libertad de acción, sin la cual el hombre se transforma en una ovejita a merced del "pastor" de turno, que con el pretexto de "salvarla" y "protegerla" procede a esquil(m)arla y mantenerla bien prisionera de esquemas irracionales.

Y llegamos a la cuestión de los ateos "fanáticos", poco racionales, depravados, proclives a creer en astrología o en ovnis o en teorías ocultistas, que los creyentes y sus aliados vergonzantes que hasta se proclaman ateos, pretenden usar para impugnar al ateísmo y asustar a sus mansas ovejitas en caso que se vean "tentadas" a dejar el "rebaño".

Por supuesto que entre los ateos hay algunos de tales características, así como entre los creyentes los hay hipócritas, depravados, irracionales, pero en un grado mucho mayor que entre los ateos, pues son gente poco habituada a pensar por sí mismos y cuando se entregan a sus instintos, lo hacen con mayor abandono e intensidad.

Para comprobar esto, sólo basta como ejemplo comparar la incidencia de delitos sexuales consumados por docentes en escuelas públicas, donde muchos de los profesores son ateos y en los colegios confesionales, donde casi todos son creyentes y curas, para ver que en estos últimos la incidencia es mucho mayor, llegando a ser miles de casos comprobados contra una cifra diez veces menor en los centros de enseñanza no-confesionales.

Pero ese engaño no fructifica pues aunque los ateos no seamos todavía muy numerosos, somos mucho más visibles que en otras épocas y ese cuento creyente no prospera tan fácilmente pues la gente ve que los ateos que conocen son en su inmensa mayoría gente educada, inteligente, emprendedora, racional, de buenas costumbres, y con un grado de libertad personal envidiable pues son los arquitectos de sus propios destinos, gente mucho más difícilmente manipulable y que al verlo todo con espíritu crítico y no aceptar lo que no pueden verificar fehacientemente, son menos proclives a caer en trampas y engaños, en que los creyentes, acostumbrados a tener
"fe" sin pruebas en cosas improbables, son las víctimas ideales.


PROCLAMA A LOS ATEOS


Es cosa bien sabida que los ateos tenemos en común básicamente una sola cosa: no aceptamos la existencia de esos seres sobrenaturales en que gran parte de la humanidad ha creído durante miles de años, a pesar de no tener pruebas tangibles, concretas, de su existencia.

Hay ateos de izquierda y de derecha, así como de centro, hay ateos intelectuales y trabajadores manuales, hombres y mujeres, pobres y ricos, liberales, anticlericales, anarcos, socialistas y comunistas, entre muchas otras categorías.

Pero estoy convencido que a la mayoría de nosotros nos gustaría vivir en un mundo donde la religión y todas las formas de superstición fueran cosa de un pasado remoto y vergonzoso, algo digno de estudiarse como parte de nuestra herencia cultural pero tan repudiable como la esclavitud, el racismo y otras lacras de nuestro pasado.

La evolución del ateísmo mundial parece favorecernos ya que del 1% que éramos, cuando mucho, hace cuatrocientos años, pasamos a ser quizás un 5% a principios del siglo XX, luego del auge del racionalismo y el desarrollo del pensamiento científico moderno y según recientes encuestas, llegamos a ser en promedio alrededor de un 21% de la población mundial, a causa de la decadencia de las religiones en general, de las que los jóvenes principalmente se están apartando en números cada vez mayores.

Muchos nos quejamos que en esta etapa de la historia contemporánea hemos asistido a una disminución del idealismo y la defensa de nobles metas, especialmente entre los jóvenes, quienes parecen concentrar sus esfuerzos en la conquista de bienestar material, sin prestar mayor atención a luchas y militancias como las de los estudiantes del ´68 europeo, por cosas más profundas que el mero subsistir cotidiano.

De modo que si estamos de acuerdo en que una aceleración de este proceso liberador del pensamiento humano sería muy beneficiosa para la humanidad, sugiero que los ateos del mundo
establezcamos vínculos de comunicación y apoyo mutuo, de información y difusión del pensamiento ateo, para que pueda llegar a un número mayor de personas de todas las edades y
de todos los países, como una alternativa válida y preferible a las religiones.

No estoy hablando de una campaña de ´conversiones´ ni nada por el estilo, lo que sería ajeno a nuestro carácter de librepensadores y a la diversidad de pensamiento dentro de lo que es el rechazo a la superstición religiosa que procuramos defender y del que nos enorgullecemos, sino de una actitud militante de testimonio para que aquellos creyentes que estén vacilando en su ´fe´ religiosa, puedan apreciar la validez de nuestros puntos de vista y de nuestra concepción del universo, más racional y realista.

Podríamos empezar por los grupos de discusión ateos, escépticos, racionalistas, positivistas, agnósticos de internet, como primer paso para recoger adhesiones, para a partir de allí expandir
nuestros contactos y establecer una Coordinadora Atea mundial que sin recortar la libertad de acción y estructura de los diversos grupos ateos en todas partes, proporcionara las ventajas de un ´pool´ común de recursos, información, contactos, referencias, etc. que nos favoreciera a todos en el momento de necesitarlos.

La herramienta de Internet podría muy bien ser el principal vehículo para este proyecto de movilización atea, pues es actualmente de gran alcance y permite contactos rápidos y amplios.

Por supuesto, que como ha ocurrido en el pasado, esta iniciativa recibirá la oposición decidida de los líderes religiosos de todas partes y de quienes fingiendo ser no-religiosos, colaboran con esa oposición a la difusión de una imagen fidedigna y correcta de lo que es verdaderamente el ateísmo, buscando peros a todo lo que transmita una imagen positiva del ateísmo al gran público no necesariamente ateo, pues tanto ellos como sus mentores, ven esta clase de iniciativas como una amenaza a su poder sobre las mentes de millones, poder que no es sólo espiritual sino material y que involucra enormes sumas de dinero y bienes de todo tipo, que no desean perder.

Nos acompañará el éxito, a pesar de todo, si no dejamos que esas voces interesadas nos desanimen o mellen nuestra decisión de acelerar un proceso que será beneficioso para toda la humanidad.

Sugiero a quienes compartan estas ideas, dar la máxima difusión posible a esta proclama.